Cinco ventajas de implementar una Comunidad de Aprendizaje en la escuela

• El trabajo colaborativo es una de las tendencias actuales en torno al desarrollo profesional docente y una forma de aplicarlo es mediante las Comunidades de Aprendizaje.

Al momento de hablar sobre tendencias actuales en torno al desarrollo profesional docente una de las más relevantes consiste en el trabajo colaborativo, ya que aumenta las probabilidades de encontrar soluciones frente a los desafíos del aula y genera cohesión y sinergia al interior del equipo.

Lo cierto es que existen distintas modalidades para implementar el trabajo colaborativo en la escuela, destacando entre ellas las Comunidades de Aprendizaje Profesional (CAP). Una CAP es un grupo de docentes que se reúne de forma periódica a trabajar colaborativamente para abordar problemáticas asociadas a sus prácticas de aula.

En estos encuentros, los profesores y profesoras discuten y reflexionan críticamente respecto a cómo mejorar el aprendizaje de sus estudiantes para luego llegar a acuerdos, que luego implementan al interior de la sala de clases. Se trata de un ejemplo más de cómo los maestros pueden aprender a partir de la reflexión de su propia práctica.

“Tenemos la convicción de que los docentes son profesionales que aprenden día tras día, en su lugar de trabajo, en interacción con sus pares y a partir de la reflexión sobre su propia práctica. Es por ello que las Comunidades de Aprendizaje son fundamentales, pues responden justamente a este objetivo”, comentó la directora del CPEIP, Francisca Díaz.

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Comunidades de aprendizaje

¿Cuáles son las ventajas de implementar una CAP en la escuela?

  1. Se forma un grupo con valores y normas compartidas, donde existen relaciones de confianza, apoyo mutuo y las decisiones se toman en conjunto. Es decir, hay trabajo en comunidad.
  2. Cuando los colegas colaboran entre sí, estos perfeccionan un cuerpo técnico y especializado de conocimiento, y aumentan su compromiso profesional.
  3. Los docentes aprenden de otros y con otros con el propósito de mejorar el aprendizaje de los estudiantes.
  4. Se generan discusiones productivas, lo que resulta desafiante pues se requiere del desarrollo y fortalecimiento de una serie de habilidades tanto a nivel individual como colectivo.
  5. Es una herramienta potente para la formación en servicio de profesoras y profesores en la escuela, por lo que el equipo directivo la puede declarar en el Plan Local de Formación.

Instalar una CAP puede ser una tarea desafiante, por lo que se recomienda tener en consideración una serie de elementos. Contar con el apoyo del equipo directivo, tener a mano las condiciones materiales y espacio temporales; y definir bien la conformación de los grupos de trabajo son algunos de ellos.

Para tener estos puntos claros, se puede revisar el documento ‘Comunidades de Aprendizaje Profesional: Serie Trabajo Colaborativo para el Desarrollo Profesional’.

Autores de referencia para la elaboración de esta nota:

  • AITSL (s.f). Professional learning communities. Recuperado del sitio web del Australian Institute for Teaching and school Leadership (AITSL), https://www.aitsl.edu.au/docs/default-source/feedback/aitsl-professional-learningcommunities-strategy.pdf?sfvrsn=c42dec3c
  • Krichesky, G. J., & Murillo, F.J. (2011). Las Comunidades Profesionales de Aprendizaje. Una Estrategia de mejora para una nueva Concepción de Escuela. REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 9(1), 65.
  • Lieberman, A. & Miller, L. (2011). Learning Communities. The starting point for professional learning in schools and classrooms. JSD, 32(4), 16-20.
  • Stoll, L., Bolam, R., McMahon, A., Wallace, M. & Thomas, S. (2006). Professional Learning Communities: A Review of the Literature. Journal of Educational Change, 7(4), 221-258.